jueves, 3 de diciembre de 2015

Aunque nunca hayas estado en ella.

A partir de mañana a las 7 de la mañana no volveré a verte.
No volveré a dejarme acariciar por unas manos que se convierten en escarcha cuando aprieta el frío.
Solo me hacen necesitar abrigo aunque mi cuerpo esté rodeado por ellas.

Ya no tengo ganas de quererte.
No me apetece echarte de menos, ni llamarte como una inútil cuando mi madrugada se estrecha en mi habitación, que solo me recuerda a ti aunque nunca hayas estado en ella.

martes, 1 de diciembre de 2015

Estados y estaciones.

En algunos momentos he sentido que mi cuerpo divagaba sin sentido por cualquier lugar.

De esos días que te despiertas con la necesidad de mirar el calendario para ver en que día del mes te encuentras y comprobar que los meses se solían pasar volando cuando estaba bien.

No quiero ponerme melancólica, pero de un tiempo a esta parte siento un frío que me congela. Aunque digan que es el invierno más caluroso desde hace siglos, será por eso que siento más tu frío y no lo confundo con la navidad, como otros años, que no sabía distinguir si se traba de la estación o de ti.

Lo cierto es que las personas calientes nunca pueden derretirse con un abrazo.

Esa es la ventaja de ser más fría que el hielo, que yo con tu mirada, me vuelvo agua, que yo contigo paso a otro estado.

No me importa que no me leas, ni siquiera me importa que no te acuerdes de mí.
Hace tiempo que cuento con ello y la verdad que no espero nada, ya no espero de ti, lo que un día tenía contigo. Ya ni si quiera lo necesito. Pero me gustaría que supieras que las flores, por muy bellas que sean, si no las riegas se mueren, que los pájaros vuelan sólo cuando brilla el sol y eso no quiere decir que les hayan extirpado las alas al florecer la tormenta.
El arcoíris sale después de la lluvia.

lunes, 30 de noviembre de 2015

La hora exacta.

Cuando mi almohada llora me es inevitable sentir pena por sus lágrimas, de esta manera se convierten en mías

Y no encuentro la manera de limpiarme aunque tenga un pañuelo a mano.
Y nada cesa.

El colchón se tumba desesperado boca arriba sin querer mirar el mundo.
Puedo escuchar los sollozos de su interior y siento sus hierros del alma fríos como la nieve.

No me deja moverme, es él quién me ata a la cama todas las noches.

Precipitada miro el reloj, reloj que lleva meses parado, reloj que siempre marca la misma hora.
La hora exacta.
El momento preciso. Ese que nunca encuentro para empezar a dormir, y me pregunto si ésta será una de esas noches que añoro.
Una de esas noches en las que podía soñar, aunque luego no me acordase de nada.

Al final siempre tengo mil sueños que recordar y mil realidades  que se intentan borrar.

Shhh. ¿Te leo este cuento o nos dormimos ya?

En horizontal

Sentada en la arena de la playa dejo que mis ojos se pierdan en esa línea lejana que me hace preguntarme si es mayor lo que esconde que lo que muestra.

A través de ese agua puedo adivinar mil cosas, desde el azul verdoso más celeste, hasta el azul más marino.

Mis ilusiones.
Mis sentimientos.
Mi esperanza .

Todo se oscurece conforme adentro mi mirada, de la misma manera que lo hago yo.

Mucha gente ha cruzado el mediterráneo, a muchas personas les daba miedo viajar en barco, otras disfrutaban de un bonito crucero.

domingo, 29 de noviembre de 2015

ENERO

Esta mañana al despertar me he dado cuenta de una cosa.
Tengo motivos suficientes para admirarte cada vez que abro los ojos, y solo sé amar si se trata de amarte a ti, porque hueles a sueños, a todo lo que anhelo. Sabes a melodía de ternura, a amor.
Porque siempre quiero contemplar contigo el siguiente minuto, sintiéndome dichosa por estar a tu lado.
Quererte es vivir, y no quiero empezar a recordarte jamás. No quiero castillos ni fuegos artificiales. Quiero ahora, y ahora es mucho, besarte sin que el mundo se mueva, lleno de envidia.

Reconozco que temí, reconozco que todavía temo, pero ojalá bastase con mirarte para relajarte, porque te lo ofrezco todo envuelto de dulzura.

Sin ti las fotos no tendrían color, y todos los ruidos estarían callados.
Si me preguntasen de que color es este sentimiento, diría que el amor no entiende de colores.

Quiero ser el levantar de tu ceja derecha todos los días de mi vida, sentir el sudor de tus manos, escuchar tu risa inesperada, ser tu sueño cuando te venza el cansancio.
Quiero sonar a tú música y a tu silencio, quiero ser tu prisa y tu calma, ser tu tiempo, y sentir también a destiempo tus besos.
Quiero ser tu agua en verano, recrearme en la curva de tus labios, en la suavidad de tu piel, en la perfección de tu espalda.
Quiero descansar en tus dedos, acariciar tus brazos.
Quiero secuestrarte amor,  y no pienso pedir rescate.

jueves, 1 de octubre de 2015

La perfección

Crees que la has encontrado alguna vez, en cualquier cosa, en un paisaje, en una persona.

Y digo crees, porque la perfección no existe, pero si existe pensar que sí, aunque ese pensamiento dure un instante, o un rato largo.

Y que nadie me abra a mí los ojos cuando me pase algo así.
Dejadme estar un rato en esa bonita equivocación, en esa maravilla de creer en lo perfecto, en lo que pasa de lo sublime.
Me quiero ilusionar con ello, que de algo hay que vivir, dicen, y yo me lo creo.

Por eso yo nunca me creí perfecta, aunque de casi, no, que no, cada cual entiende la perfección a su manera.
Depende de gustos, de estados de ánimo, de modas.

Y es que, lo que para mí es tremendamente imperfecto, para ellxs es (erróneamente) perfecto.

Ni una vez más.

Ayer salí a dar un paseo, era la excusa perfecta para buscarte, ya no es a la inversa.

Pero, ya no buscaré miradas para ver tus ojos y tampoco miraré donde no haya nada para creer que te veo una vez más.

martes, 4 de agosto de 2015

A lo lejos

A lo lejos escucho una voz.
Mientras la escarcha inunda mi vestido del mismo color que tus ojos esperanzados.
A lo lejos sé que me amas.
Y suena suave, muy suave la canción de la que te hablaba.
A lo lejos retumba esa voz aterciopelada que deja de serlo cuando tú te enfadas.
A lo lejos mis zapatos nuevos se dan un baño cuando tú respiras aire contaminado por mi sudor, y seco por tus lágrimas no derramadas a tiempo.
A lo lejos sencillamente solo estás.
Al menos para mí.
Dime si hay algo más que no haya visto ya.
No me quedan ganas de descubrir y menos de buscar.
A lo lejos harás conmigo lo que yo creía que harías cuando sin quererlo me enseñaste a amar.
A lo lejos te siento un poco más cerca que cuando no estás.
Un poco más cerca ahora que me has hecho otra vez llorar.
Y dirás que son cosas mías.
Que ni de lejos era lo que querías.
Y a lo lejos una señal me inunda las ganas de correr a escribirte una vez más, para decirte bien claro que: a lo lejos.
Así hemos de estar.

Color

Opaco.
Oscuro.
Intrigante.
Sé que nadie se fía de ti porque pareces mala gente, y solo te quieren cuando ellxs también pretenden serlo.
Y sin embargo, yo pienso que eres lo más puro, lo más sincero y es por ello que, aparte de que me niego, me es imposible mirarte negativamente.

Ya sé que eres tímido. No te gusta que hurguen en ti, que vean lo que tienes en tu interior. Y si hay algo que de ti no le gusta a la gente, es tu poca transparencia.
Pero al menos nunca les mientes, ni les ilusionas. 

Yo considero que estás desnudo para mí, para todxs lxs que sin darnos cuenta, un día aprendimos a mirarte.
Para nosotrxs, que en algún momento vimos reflejado el color negro en nuestras pupilas.

Él

Si me hablan de escuela yo solo pienso en mi abuelo.
Él fue quien me hizo reir hasta que más no se pudo.
Le quise incondicionalmente, porque era de las pocas personas que me regalaba su tiempo, de las pocas personas que sabía de qué manera estrecharme en sus brazos.
Me acariciaba la mejilla con un gesto paternal, tierno y único.
Pudo entenderme y aconsejarme,  reñirme y consolarme, protegerme y preocuparse como si dependiera de mí.
Yo, irremediablemente, le adoro.
Nunca pedí nada a cambio cuando le daba mi cariño, aunque recibía mucho.

Imagino que en la vida, los amores incondicionales se pueden contar con una mano. Si tuviese que contar su amor, me ocuparía ambas manos, por su gran querer, por su sincero querer.
Siempre estará en mi corazón.
Le recordaré en cada paso que de en mi vida.
Pensaré cuales podrían ser sus consejos.

Sin mas vueltas ni explicaciones.
Abuelo, solo eso.
Le añoro.

jueves, 30 de julio de 2015

Loca

Es incontrolable escribir lo más maravilloso cuando te observo.

Me atrevo a decirte que es tan inmenso como tú esto que siento.

Casi siento que tu lejanía no tiene fin, como el cariño que te tengo. Pero yo puedo hasta olerte y tener la sensación de que al hacerlo vuelo.

Te sueño infinitamente cuando no te veo, y cuando estás, tu vida reflejada en mi iris le da sentido a la mía.
Peculiar guapura arropada en tiernas y cálidas noches.
Que pensarás tú del frío, del calor.

Te empeñas en esconderte cuando más te necesito y aún sigo preguntándome de qué color tienes los ojos.

Venga, no seas tímida y sal a divertirte. Mira como te envidian todas las estrellas, eres la más hermosa de todas ellas.
Eres la envidia del firmamento.

Eres miedosa cuando hay tormenta.
Te paras a pensar pero, a veces tienes ganas de juerga y sales de más, dejándote ver durante el día, mirando de reojo como si fueses un gato transparente y entonces compartes tu misterio con el universo entero.

Tú. Que estuviste en todos los amaneceres.
Tú. Que has visto del mundo el atardecer.
Tú. Que a cada tejado pusiste un nombre.
Tú. Que la lluvia inundar mil ciudades viste.
Tú. Que cada madrugada conoces.

No sé si me observas, no sé si me miras, pero me conformo con saber que al menos puedes verme.

Eres bonita, el mayor desafío para cualquier monumento.

Yo no te miro, yo enamoro a mis ojos de ti.

Tú, testigo de cada carcajada, de cada lágrima.
Supongo que te vas a quedar, ¿no?
Al menos una vez más.
Júrame que podré verte siempre desde la ventana.


Si tú no existieras, sentiría que me han arrebatado la noche.

viernes, 24 de julio de 2015

Sí quiero.

Nunca me había hecho especial ilusión eso de casarme, ya sabes.
Pero te diré algo.
Me caso.
Me he tomado la confianza de pedirle matrimonio al tiempo contigo, mi mano ha temblado pero lo ha hecho .
He firmado un contrato con tu mirada por tiempo indefinido y sin muerte que nos separe.
He dicho que sí cuando tu mirada me preguntó no se qué, dándome igual qué era solo porque se trataba de tus ojos.
Me he vestido de blanco para sellar en mi traje de novia el color de tus labios manchados por el rojo de los míos.
La celebración será en tu cama, así, más íntimo, sin personas de por medio, ni familiares ni amigos, solo mandé la invitación a la pasión, con tu permiso o sin él.
El convite tendrá lugar en el mismo sitio.
Y después de buscar muchos menús, tomé la decisión de ponerme yo misma como entrante, y de plato principal tú, de esta manera ganamos en ahorro y placer.
Postres preferí no pedir, teniendo en cuenta el hinchazón.
El vals lo bailaremos en horizontal, con una caricia suave y lenta en la espalda a la altura de nuestro amor, y luego, después de habernos dormido un rato, solo yo tendré que hacer la maleta, para pasarme toda una vida entre tus brazos. 
Una vez ahí,  cerraré los ojos y te diré: tu maleta la hice ayer, es ahora cuando debes elegir destino.
Ahora que yo estoy en el mío.

jueves, 2 de julio de 2015

Hazme caso

Si te sientes tan cerca del mar que te da miedo, corre hacia tierra firme.
Si sientes hielo en las plantas de tus pies, camina sobre las llamas que un día dejaste en mis labios.
Si al hacerlo sientes demasiado calor, alivia tus quemaduras mirándome a los ojos.
Te voy a enseñar el significado de la palabra envolver.
Por fin sabrás que es eso de que una mirada lo dice todo.
Te darás cuenta que no habrás recibido mayor caricia que mis ojos.

Chin chin

Está lloviendo.

Por cada gota hay una lágrima angelical, una gota que murió.

La lluvia llenará tu tejado de sentimientos mezclados con o sin algún fin.

Que no cese.

Llorar es sano.

Goza o no, pero deja que tu cuerpo sienta.

Soledad.

A mi me gusta que llueva, aunque solo si no tengo nada que hacer, mejor dicho, solo si no me apetece hacer nada.

Coge tus lágrimas y metelas a una copa, que hoy vamos a brindar por el llanto.

Hola y adiós.

He llegado, y es un punto.
Llegada a él, me he dado cuenta que es imposible ganar una cosa sin la obligación de tener que  perder otra.
No sé cuál sería la palabra para definir lo que se siente, diría tristeza, pero no es, diría pena, pero no es tampoco.
Todo consiste en un equilibrio. La vida es lo suficientemente inteligente para repartirte las cosas buenas en trozos pequeñitos y en diferentes períodos de tiempo para que no abuses, para que no te lo creas, para que valores cada una de esas cosas y también las que se van.

Para que llegues al punto que he llegado yo, donde no podrás soñar y hacerlo realidad al mismo tiempo, donde no podrás darle a nadie el mismo amor, donde no podrás levantarte tarde y aprovechar el día, donde no podrás ir de tapas por Granada y tomarte un café en Venecia.

Los caminos se ven iguales,  a veces incluso el más bonito es el que menos nos conviene, pero eso da igual.

Lo cierto es que nunca se puede tener todo, al menos no a la vez.

Pero te diré algo, llegada a este punto sé que no tengo mucho, pero sé que tengo más que nunca.

martes, 23 de junio de 2015

A vivir.

Me sorprende lo mucho que entiendo algunas cosas y lo poco que quiero entender otras.

Dicen que el sufrimiento es opcional, y yo digo que una mierda, nadie escoge ser feliz o no, sufrir  o no, amar o no, sentir o no, nadie escoge tampoco a nadie.

Todo esto sencillamente nos lo encontramos.
Hay quien piensa que somos nosotrxs quienes nos dejamos encontrar, incluso que a veces buscamos, aunque nos empeñemos en negarlo.

Pero es que yo siento que no escogí un día llorar de felicidad, lo sentí, y entonces así lo expresé, igual que de alguna manera expresé el dolor, la rabia, gritando cuando más me dolió, en silencio o escribiendo cuando no se me ocurría otra manera.

Yo no busco nada de esto pero me enfrento, y me fortalezco, crezco y aprendo, para seguir escribiendo, para seguir amando de verdad.

Un día me dijeron que sólo quien conoce el verdadero dolor, es capaz de conocer el verdero amor.
A vivir.

Aquí sigo.

Me siento viva, más viva que nunca, y no le tengo miedo a la vida.
Ni a la vida ni a nada.

Soy y he sido consciente siempre que es muy posible que me salga el tiro por la culata, es más, así ha sido la mayoría de veces y aquí sigo por mucho tiempo, para hacer todo aquello que me gusta, pero también para hacer todo aquello que no.
Sigo aquí para hacer todo aquello que odio, como puede ser sentirme sola alguna vez, echar de menos, sentirme tonta, o inútil, servir, limpiar, llorar de tristeza, sentirme incomprendida, ignorada, infravalorada.

También estoy aquí para escuchar muchos no, muchos no puedes, no sabes, no vales, algún insulto o alguna crítica constructiva por parte de lxs más educadxs.
Incluso soy consciente de que sigo aquí para que me den muchos plantones, muchos desplantes, me pongan malas caras, o me den respuestas asquerosas.

Estoy dispuesta a aguantar que me utilicen, a ver claramente como se ríen de mí y darme cuenta de lo mucho que se han reído.

No tengo miedo a sentirme olvidada, a sentirme una marioneta, una hipócrita.

Estoy aquí para ver el mucho dinero que puedo gastar, o perder, según se mire, para que me hagan un desprecio, para que me echen de alguna propiedad privada, para que algún cocinero me escupa en la comida, para que se me cuelen en la cola del súper, para que me tiren las cartas del buzón y me pongan una chincheta en alguna silla. 

Sigo aquí dispuesta a soportar que me tiren algún huevo cuando vaya andando por la calle, a que me digan hortera y mala malísima mirándome a los ojos.

Aquí estaré para soportar cualquiera de esas tonterías, todo lo superfluo de la vida, lo irrelevante, todo eso es absolutamente caca.

Todo eso solo me sirve para reafirmarme.
Todo eso es lo que hace que me sienta pletórica, es lo que hace que tenga la mirada llena de cosas buenas, de todo lo que quiero, de lo mucho que amo sin que nadie se de cuenta, de lo mucho que beso y palpo los días. 

Y es que lo malo está de paso y lo bueno se queda para siempre de alguna manera.

lunes, 22 de junio de 2015

Créeme.

No me creo que no tengas ganas de besarme, al igual que no me creo que dejes de pensar en mi cuando no soy yo quien te cuida.
No me creo que hayas sido capaz de olvidarme, que hayas olvidado mi risa o mi manera de acariciarte. 
No me creo que aún a veces no necesites pronunciar mi nombre, incluso no me creo que no lo hagas.
Tampoco puedo creerme que ya no necesites mis cabellos, o que hayas olvidado mis ojos.
No me creo que seas feliz sin mi, que sustituyan sin más mi aroma, mi piel, mi boca.
No me creo que no me ansíes a tu lado al pasear, que no desees verme al otro lado de la cama.
No me creo que todo sea tan fácil de olvidar.
Que ya no me ames, que ni siquiera me desees.

martes, 12 de mayo de 2015

Mi pozo preferido.

Me dispuse a salir, aunque no sabía muy bien si salía de algún lugar o hacia algún lugar.
No sé si salí a pasear o lo que pretendía era salir de aquel pozo en el que me había colado desde la mañana temprano.
Aún hoy me lo pregunto.
Lo cierto es que, sin apenas darme cuenta acabé haciendo las dos cosas.
Como todo, al final una cosa lleva a la otra.
Sabes perfectamente que hablo de ti, mi pozo preferido.

Está claro que en él no lo paso lo mejor que podría, pero cuando hago el amago de salir, entonces me doy cuenta que es el mejor refugio.
No hay otro lugar en el que yo sepa colarme mejor.
A veces pienso que llorándote te disfruto, quizás porque no tengo otra manera, seguramente porque sea la única que me queda.

Pensarte se ha convertido en una forma de vida, la mía.
Y echarte de menos casi se podría considerar mi religión.
Adivina pues a quién le rezo todas las noches.

La cuestión es que, como te decía, no puedo huir de ti, porque sería huir de mi misma.

Eres mi cuerda y mis esposas, pero también eres las alas, eres sobre todo la libertad de esta tinta, eres la imaginación de un papel, eres arte.

Después de darme cuenta una vez más de todo esto, decidí darme la vuelta y volver a casa para escribirte.

Siempre nos quedará el viaje de retorno, ese que tantas veces hicimos, ese que me encantaría seguir haciendo.
Ese que tanto cuesta.

martes, 5 de mayo de 2015

Es absurdo querer pasarme la noche soñando contigo, cuando ni si quiera soy capaz de dormirme pensando en ti.

Supongo que me explico.

Como si la Luna fuese mi excusa perfecta y mi pelo la única suya.
Como si ya no estuviese de moda eso de soltarse la melena y dejarse llevar.
No por dejarse llevar surgen los momentos mágicos, de la misma manera que no se dejan pasar los mejores momentos por no llevarlos en mente.
No sé si me explico.
El caso es que hay cosas que pasan cuando menos te lo esperas, o cuando nunca lo habrías imaginado, o una mezcla de las dos cosas.
En lo mas pequeño está el secreto, en lo aparentemente insignificante la esencia de las mejores cosas.
A mí nadie me había avisado que hacerse malamente un moño enredado con mis cabellos entre sí mismos podía tener esas consecuencias.
Ahora me erizo cada vez que me recojo el pelo.

jueves, 30 de abril de 2015

Al ritmo de la brisa.

La vida es para quien no tiene miedo  a arriesgarse por algo o alguien, para quien no teme sufrir ni llorar, para quien quiere amar siendo consciente de que lo pasará mal.

La vida es para quien está dispuestx a sentir, para quien no le importe perder para luego poder al fin ganar.

La vida es para quien sueña despiertx sin temor a fracasar.

La vida es para quien no deja que se le oxiden las cerraduras, para quien no permite que se bloqueen los pestillos, ni el corazón, ni los ojos, ni los narigales, ni los oídos, ni la boca.

La vida es para quienes tienen el propósito de querer, de mirar, de beber, de escuchar y suspirar.

La vida está hecha para emprendedores, para valientes, para capaces.

La vida es para probar, para degustar, para reir, para acariciar.

La vida es para abrazarla, respetarla, aprovecharla.

Nosotrxs elegimos con quien aprender, crecer, madurar, descubrir, explorar.

La vida puede sorprenderte a cada minuto que pasa. 

La vida te aprieta, te estruja, te hace pequeñx, pero la vida también te hace gigante.

La vida te escupe para lamerte después.

La vida te ensucia para limpiarte después.

La vida te frena para luego empujarte.

La vida te jode, te gana, te defrauda, te machaca, para al final de todo hacerte el amor al ritmo de la brisa.

Vive.

H

Hay cosas que realmente no se para qué están, ni para qué sirven, ni el papel qué desempeñan, o la función que tienen.
Pero claro, a quienes no se nos conoce, lxs que somos totalmente desconocidxs pero tenemos un papel en la vida o algo que desempeñar, pocas veces se nos valora, ni na de ná .
Y claro, así nos va.
Con letras que no nos llegan, canciones que no nos suenan, números que no nos cuadran.
Humanos que no son nada humanos.
Sigo sin encontrarle explicación a nada.
Pero me conformo con saber que al menos yo me lo pregunto, mientras otros muchxs ni se molestan en pensarlo.

martes, 28 de abril de 2015

123,567

En el són de su uno puse cara de indiferencia, como quién nunca ha movido un pie al compás de la vida.
Pero poco a poco se adentraba en mi cuerpo el ritmo de su dos, haciéndome intuir una conexión inexplicable.
Mi cara iba convirtiéndose en calma cuando el tres de sus manos se adentraba en las mías.
Mi cara paso a ser entonces de sonrisa fácil, y en cuestión de segundos el cinco afloraba en mi cuerpo, decidido, de ese modo dejaba a entrever el seis sin mucho esfuerzo, y como solo él sabía hacerlo, me llevaba a acabar en el nirvana de mi número preferido sin apenas darme cuenta.

Parecía como si las notas las hubiesen hecho a su medida, como si hubiesen estudiado su cuerpo al detalle para hacer sonar cualquier cosa que marcada por él podía sonar a música.

Y no es que lo hiciera mejor que muchos, pero a mi me hacía moverme mejor que nadie.

Sueldo base.

Y cuanta gente no llega a fin de mes, cuanta gente con casas embargadas, préstamos por pagar, dinero por devolver.

Esos viajes que nunca pudieron hacer, esos sueños que nunca se cumplieron, personas que vieron desvanecidas por completo todas sus ilusiones, sus vidas, sus mentes, cualquier estabilidad, una pequeña calidad de vida, incluso ven como se desvanece la familia, y la salud.

Dicen que el dinero es lo más poderoso que existe, él en sí, y quien lo posee.

Pero yo no estoy de acuerdo.

 Un día me sentí la mujer más poderosa del universo solo por haberle tenido un rato, y poderoso le sentí a él, únicamente por ser él.

Porque desde entonces, yo, no llego a fin de mes sin sus besos, porque hace tiempo que me embargaron el corazón por dedicárselo exclusivamente a él.

Es el mejor préstamo que puede haber, y no existe nada mejor que empeñarme a él de por vida, porque si algo tengo que devolver, es toda esa dulzura que le sobra, esa que un día me inundó el colchón, pero no encuentro la manera de hacérsela llegar, no puedo enviársela por fax, y tampoco por correo.

Todavía tengo un sin fin de destinos en todo su cuerpo a los que llegar, tengo que estudiar su cultura, y su religión.
Me quedaría a vivir en cualquiera de sus bordes, realmente me quedaría a vivir en cualquier parte de él.

Me quedan mil sueños por hacer realidad a su lado.
Me quedan miles de insomnios por él.
No habrá mejor calidad de vida que comernos el uno al otro.
Sólo pido salud para poder comernos también la vida, y cualquier cosa parecida a la muerte.

lunes, 27 de abril de 2015

A mi manera.

Un día alguien me preguntó si sabía lo que era el amor.
Mi subconsciente y yo le hicimos la misma pregunta a mi corazón.
Mi corazón respondió con un si rotundo, añadió que él había llorado muchas veces de amor, que había echado mucho de menos, había besado hasta agotarse de saliva, había acariciado hasta desgastarse las palmas de las manos, que mil veces dijo te amo y otras tantas hizo el amor.

Sabía el significado de preparar comida para dos, planificar viajes, escapadas, sabía la importancia que tenía una mirada en un momento dado, sabía de la necesidad de algunos abrazos.

Esta respuesta, la de mi corazón, se hizo en pocos minutos, en cambio, mi cabeza y yo tardamos un poco más en contestar, pero lo hicimos, y le dije a ese alguien: 
No.

Nunca he estado enamorada, jamás he derramado una lágrima por nadie, nunca he sentido la sensación de echar de menos. Le dije que nunca había sentido realmente una caricia, ni un beso, que mis labios jamas había pronunciado un te amo y porsupuesto, nunca le hice el amor a nadie.

No tuve la oportunidad de hacer comida para dos, ni planifiqué ninguna escapada romántica. Jamás obtuve una mirada de amor en un momento dado, ni sabía lo que era que me abrazaran cuando más lo necesitaba.

A veces tenemos la manía de decir todo lo contrario a lo que realmente sentimos y pensamos,
simplemente por hacernos las fuertes, entre otras cosas.
Que absurdo.

Seguro que ante una respuesta así nadie me creería, todavía menos quien me conoce, y mucho menos quien me conoce aún más.

Quién no ha llorado por amor señorxs.
Quién no ha preparado café para dos.
Y podría no parar de decir cosas que todos alguna vez hicimos. Con esto no quiero decir que sean cosas correspondidas, ese es otro tema.
Y así, la vida está llena de mentiras, de verdades a medias.
Realmente si no fuese así todo sería muy aburrido.
Al fin y al cabo, hemos venido a vivir, con lo cual que cada unx lo haga a su manera.
O a la de dos.

sábado, 25 de abril de 2015

Menstruación y otras pasiones.

Con el pantalón de raso a la altura de las rodillas, los calcetines de rayas dejan en evidencia mis dedos de los pies. Camiseta fea de propaganda barata cubriendo mis pechos doloridos y una bata que me asfixia el cuerpo, el alma, la vida, y cualquier cosa digna de ser asfixiada.

Los colores los dejo para otra ocasión, por que ya són para caerte de espaldas, o de costado, y los goles, los goles por la escuadra ya ni los recuerdo, ni quiero, ni pretendo, me sonrojo, me enloquezco.
Y no.
Que no.

Sabéis que tengo pasión por la luz tenue.
Por ello adoro el amanecer, y aunque siempre nombre el atardecer, no lo prefiero.
Nada como ver salir el sol.
Nada como oler a mañana, a temprano, a silencio, oler a paz, a frescura.
Es lo que quiero ahora, de tal modo que cerraré los ojos.
Para ver el amanecer lo antes posible y con la excusa recordarte.
Como si yo fuese mujer de excusas.