viernes, 24 de julio de 2015

Sí quiero.

Nunca me había hecho especial ilusión eso de casarme, ya sabes.
Pero te diré algo.
Me caso.
Me he tomado la confianza de pedirle matrimonio al tiempo contigo, mi mano ha temblado pero lo ha hecho .
He firmado un contrato con tu mirada por tiempo indefinido y sin muerte que nos separe.
He dicho que sí cuando tu mirada me preguntó no se qué, dándome igual qué era solo porque se trataba de tus ojos.
Me he vestido de blanco para sellar en mi traje de novia el color de tus labios manchados por el rojo de los míos.
La celebración será en tu cama, así, más íntimo, sin personas de por medio, ni familiares ni amigos, solo mandé la invitación a la pasión, con tu permiso o sin él.
El convite tendrá lugar en el mismo sitio.
Y después de buscar muchos menús, tomé la decisión de ponerme yo misma como entrante, y de plato principal tú, de esta manera ganamos en ahorro y placer.
Postres preferí no pedir, teniendo en cuenta el hinchazón.
El vals lo bailaremos en horizontal, con una caricia suave y lenta en la espalda a la altura de nuestro amor, y luego, después de habernos dormido un rato, solo yo tendré que hacer la maleta, para pasarme toda una vida entre tus brazos. 
Una vez ahí,  cerraré los ojos y te diré: tu maleta la hice ayer, es ahora cuando debes elegir destino.
Ahora que yo estoy en el mío.

No hay comentarios: