jueves, 30 de julio de 2015

Loca

Es incontrolable escribir lo más maravilloso cuando te observo.

Me atrevo a decirte que es tan inmenso como tú esto que siento.

Casi siento que tu lejanía no tiene fin, como el cariño que te tengo. Pero yo puedo hasta olerte y tener la sensación de que al hacerlo vuelo.

Te sueño infinitamente cuando no te veo, y cuando estás, tu vida reflejada en mi iris le da sentido a la mía.
Peculiar guapura arropada en tiernas y cálidas noches.
Que pensarás tú del frío, del calor.

Te empeñas en esconderte cuando más te necesito y aún sigo preguntándome de qué color tienes los ojos.

Venga, no seas tímida y sal a divertirte. Mira como te envidian todas las estrellas, eres la más hermosa de todas ellas.
Eres la envidia del firmamento.

Eres miedosa cuando hay tormenta.
Te paras a pensar pero, a veces tienes ganas de juerga y sales de más, dejándote ver durante el día, mirando de reojo como si fueses un gato transparente y entonces compartes tu misterio con el universo entero.

Tú. Que estuviste en todos los amaneceres.
Tú. Que has visto del mundo el atardecer.
Tú. Que a cada tejado pusiste un nombre.
Tú. Que la lluvia inundar mil ciudades viste.
Tú. Que cada madrugada conoces.

No sé si me observas, no sé si me miras, pero me conformo con saber que al menos puedes verme.

Eres bonita, el mayor desafío para cualquier monumento.

Yo no te miro, yo enamoro a mis ojos de ti.

Tú, testigo de cada carcajada, de cada lágrima.
Supongo que te vas a quedar, ¿no?
Al menos una vez más.
Júrame que podré verte siempre desde la ventana.


Si tú no existieras, sentiría que me han arrebatado la noche.

viernes, 24 de julio de 2015

Sí quiero.

Nunca me había hecho especial ilusión eso de casarme, ya sabes.
Pero te diré algo.
Me caso.
Me he tomado la confianza de pedirle matrimonio al tiempo contigo, mi mano ha temblado pero lo ha hecho .
He firmado un contrato con tu mirada por tiempo indefinido y sin muerte que nos separe.
He dicho que sí cuando tu mirada me preguntó no se qué, dándome igual qué era solo porque se trataba de tus ojos.
Me he vestido de blanco para sellar en mi traje de novia el color de tus labios manchados por el rojo de los míos.
La celebración será en tu cama, así, más íntimo, sin personas de por medio, ni familiares ni amigos, solo mandé la invitación a la pasión, con tu permiso o sin él.
El convite tendrá lugar en el mismo sitio.
Y después de buscar muchos menús, tomé la decisión de ponerme yo misma como entrante, y de plato principal tú, de esta manera ganamos en ahorro y placer.
Postres preferí no pedir, teniendo en cuenta el hinchazón.
El vals lo bailaremos en horizontal, con una caricia suave y lenta en la espalda a la altura de nuestro amor, y luego, después de habernos dormido un rato, solo yo tendré que hacer la maleta, para pasarme toda una vida entre tus brazos. 
Una vez ahí,  cerraré los ojos y te diré: tu maleta la hice ayer, es ahora cuando debes elegir destino.
Ahora que yo estoy en el mío.

jueves, 2 de julio de 2015

Hazme caso

Si te sientes tan cerca del mar que te da miedo, corre hacia tierra firme.
Si sientes hielo en las plantas de tus pies, camina sobre las llamas que un día dejaste en mis labios.
Si al hacerlo sientes demasiado calor, alivia tus quemaduras mirándome a los ojos.
Te voy a enseñar el significado de la palabra envolver.
Por fin sabrás que es eso de que una mirada lo dice todo.
Te darás cuenta que no habrás recibido mayor caricia que mis ojos.

Chin chin

Está lloviendo.

Por cada gota hay una lágrima angelical, una gota que murió.

La lluvia llenará tu tejado de sentimientos mezclados con o sin algún fin.

Que no cese.

Llorar es sano.

Goza o no, pero deja que tu cuerpo sienta.

Soledad.

A mi me gusta que llueva, aunque solo si no tengo nada que hacer, mejor dicho, solo si no me apetece hacer nada.

Coge tus lágrimas y metelas a una copa, que hoy vamos a brindar por el llanto.

Hola y adiós.

He llegado, y es un punto.
Llegada a él, me he dado cuenta que es imposible ganar una cosa sin la obligación de tener que  perder otra.
No sé cuál sería la palabra para definir lo que se siente, diría tristeza, pero no es, diría pena, pero no es tampoco.
Todo consiste en un equilibrio. La vida es lo suficientemente inteligente para repartirte las cosas buenas en trozos pequeñitos y en diferentes períodos de tiempo para que no abuses, para que no te lo creas, para que valores cada una de esas cosas y también las que se van.

Para que llegues al punto que he llegado yo, donde no podrás soñar y hacerlo realidad al mismo tiempo, donde no podrás darle a nadie el mismo amor, donde no podrás levantarte tarde y aprovechar el día, donde no podrás ir de tapas por Granada y tomarte un café en Venecia.

Los caminos se ven iguales,  a veces incluso el más bonito es el que menos nos conviene, pero eso da igual.

Lo cierto es que nunca se puede tener todo, al menos no a la vez.

Pero te diré algo, llegada a este punto sé que no tengo mucho, pero sé que tengo más que nunca.