lunes, 4 de diciembre de 2017

Tortura.

Hacía tiempo que no venías a verme de madrugada. Creía que te habías olvidado de mí.
Te gusta torturarme con aquello que en este presente aún me roba el sueño.
Y es que tengo prisa de ti, quería disfrutar del lujo de ver salir el sol por tu cuello, hasta iluminar todo tu cuerpo.

Pero es que estaba tan calentita en la cama, que pensé que estabas a mi lado. Sorpresa la mía al verme congelada cuando me di cuenta que estaba sola. Es por ello que me pregunto si este verano estarás conmigo para bañarnos juntos al despertar, entendiendo así, que has pasado toda la noche a mi lado, y entonces no darte los buenos días, dártelos espectaculares.

De la misma manera que no puedo darte las buenas noches si lo que quiero es compartirlas contigo, ni desearte dulces sueños, cuando lo único que deseo es darte sabrosas realidades.

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