viernes, 26 de julio de 2013

Mi querida madre, mi querida estrella.

En en cielo hay una estrella que ya no dejará de brillar.

Me pregunto a mi misma que haré si tú ya no estás.

Quien más me adoraba eras tú, y te has tenido que marchar.

Estoy triste por no poder verte más, te echo de menos ,y no puedo evitar llorar.

Sé que tengo que ser fuerte como tu me decías, se que debo sonreír aunque no pueda hacerlo todos los días. 

Recuerdo cuando me dijiste: tú, siempre serás mía.

Que oscura se me hace la noche y también el día, me pregunto si de verdad podrá haber de nuevo alegría.

Me siento débil, pero en el fondo oigo como me dices sonríe como lo hacías.

Tengo la certeza que desde donde estás me guías, que puedes verme y que quieres que de la vida me ría.


Que siga mi camino igual que tu lo hacías y también sé que me cuidas desde un poco más arriba.

Que si te quiero hablar, me dará igual a quién pueda despertar.

Solo estás tú, 


mi luz, 

mi querida madre, 

mi querida estrella.

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